Sígueme en Twitter:

Sígueme en Twitter: @NataliiaGDL

29 mayo, 2013

De vuelta al cubil felino



Pasé el último mes paseando por la ciudad de México tomada de la mano de un tipo que me gusta buscando departamentos y conociendo la ciudad y en general me agradó todo. Lo mejor de la ciudad es el clima, incluso en época de calor es bastante fresco. También me agradó su movimiento: todo el día y la mayor parte de la noche las calles están atiborradas de gente de toda clase, observar a las personas te entretiene bastante el camino y te hace sentir acompañado en un absurdo de mezcla de ideas en donde todo parece genial e idiota al mismo tiempo.

Regresé porque al parecer rentar es más complicado de lo que creí y mi amigo ya se tenía que ir de viaje y yo todavía no conseguía departamento. Vi uno que me gustó mucho, pero hay que competir con otras personas que desean rentar llenando un formulario donde te preguntan hasta de qué color usas los calzones y eso lleva tiempo. 

En lo que son peras o manzanas andaré todavía aquí en Guadalajara. Ya los mantendré al tanto si me mudo el próximo mes o un poco más tarde. Si me desean contratar márquenme al 33 17 21 83 32 porque perdí mi otro teléfono. 

11 mayo, 2013

Idiosincrasias*

La gente en la Ciudad de México habla mucho. Es... como... encontrarme un montón de "yos"... en todas partes...

*Título corregido por un lector.

23 abril, 2013


Si quiere sentirse chingón escriba cualquier tarugada aquí

22 abril, 2013

Coqueteamos


Coqueteamos porque nos gusta sentirnos atractivos, deseables, antojables. Nos gusta que de vez en cuando nos echen una mirada. Es una sensación bonita que casi todos hemos experimentado. No queremos nada más, solo tener esa sensación... de nuevo. No se trata de amor o de planes a futuro sino de ser aceptados y de saber que nuestro cuerpo triunfó en al menos los ojos de una persona. O varias ;-)

Gorditas sensuales



20 abril, 2013

Comprender no es fácil

 
De acuerdo con el Malvadisimo Patán, no quieres aceptar que eres sexoservidora (no pongo puta para que no pienses que quiero ser ofensivo) y que si vas a escribir en columnas de sexoservidoras es por que van buscando una sexoservidora que les escriba. Gorda incipiente, que ahorita se ve buenísima, pero gorda al fin.  
 Claro que te da miedo por que no puedes controlar a esa empresa, así como te gusta controlar a tus borregos que amamos el "interior" de Natalia, ese interior que va quedando mas en el fondo de tanta grasita sexy y lonjas aguadas que van creciendo sobre ti.  
 Ellos (la empresa) te truenan los dedos y debes bailar a su son, por eso ocultas tu odio a ellos, tu coraje y tu frustración, con una mascarita de miedo-ternurita, para que puedas justificar que eres sexoservidora nomás por que el destino te hizo víctima de la calentura que te heredaron tus padres y de la necesidad de querer gastar y no tener problemas económicos. Además de que buscas la contemplación de parte nuestra, hacia tu gordura de una manera positiva y amorosa, eres gorda bonita, no cabe duda, pero gorda al fin y sexoservidora gorda es sexoservidora condenada al fracaso. 
Cuantas veces habrás querido controlar la situación en tu familia antes de ser sexoservidora y se te salió tanto de las manos, que tomaste una decisión y ahora buscas justificar que nunca fue por que lo buscaste, si no por que ahí te llevó la vida y que de todos modos te gusta, como bien lo dices engordas y la grasa se te va a las chichis y a las nalgas, quieres justificar lo que tu metabolismo no pudo controlar.
Pobre de ti a los 40, a ver cuanto personaje de aquí te va a poyar en 9 años, a menos que te hagas amante de un narco y te mantenga en su harem y te pague lipos que vana ser muy frecuente por tu gordura que nadie te lo dice pero todos lo vemos, mas de lo que quieres entender, y rellenos artificiales que sostengan tus infladas nalgas y aguadísimas tetas y te mantenga despierta con la cabeza llena de mentafetamina y cocaína. 
Y aun así, pobre de ti. 
Mientras seguiremos disfrutándote sexoservidora cachonda, caliente y CREDULA. 
Besos a la persona mas linda que he conocido y que es tan culta e intelectual que me hace olvidar que es una prostituta, perdón, sexoservidora. Nunca cambies, eres lo mejor y vales mas que muchas otras personas católicas, casadas o no, y con familia, pero con doble moral, tu tienes bien planteados tus esquemas y si eres linda, no eres fea, tus dientes, nariz y entradas raras de cabello son hermosísimas. Hueles super rico y tu piel es la mas suave que hubiera existido en todo el planeta. 
Cuando acabes de engordar aquí estaremos para seguir contratándote por el mismo precio, ya que la grasa y lonja no cubrirá nunca tu bello ser interno, que despierta tanta pasión y poesía en nosotros.

Así es, amigos, alguien escribió semejantes atrocidades de manera anónima. No tendría caso refutar nada de lo que dice. Todo su escrito es una alegoría al odio. Odio, ganas de lastimar, de agredir, de tergiversar, de menoscabar, de hacerle perder a alguien la fe en si mismo, de hacerle sentir peor que los demás, que no vale, que no merece respeto, de quitarle toda su dignidad, su alegría de vivir... Me recuerda a los "Dementores" los personajes de la saga Harry Potter custodios de una prisión que mantienen presos a los que son condenados no mediante rejas sino quitándoles toda la alegría de la vida.

¿Quién fue el que escribió ese comentario? No lo sé, no sé si es un cliente real, un lector, el dueño de una agencia, una colega. Solo sé que tiene miedo a mostrar quién es. Tiene miedo a que le juzgue de la misma manera en la que él me está juzgando. Y hace bien en mantener el anonimato porque la mente del ser humano es curiosa, siempre que imaginamos a una persona que no se muestra le adjudicamos mejores cualidades que si viéramos aunque sea una pequeña parte de él. Algo parecido a lo que ocurre en la novela "El mago de Oz".

Lo que sí sé es que el comentarista me ha hecho blanco de su odio ¿Por qué? Tampoco lo sé. Podemos especular. Seguramente abajo de esta entrada habrá muchas deducciones acerca del por qué de sus acciones, algunas adivinanzas lo juzgarán duramente a él y otra a mí. Pero la mente del ser humano es compleja y es difícil desentrañarla, tratar de hacerlo es tan poco "científico" como la astrología, la lectura de cartas, la quiromancia, tan poco científico como la psicología.

Está la antropología, que sí es una ciencia. Seguramente a un atropólogo le será más fácil deducir el porqué de la agresividad del comentario, seguramente lo hará desde un marco biológico y social y es probable que nos aclarara un poco la mente y nos enseñara un par de cosas.
Pero la mayoría de las personas no somos antropólogas y nos enfrentamos a las acciones propias y ajenas de manera oscura, nosotros solitos, con escasas herramientas. Y eso es divertido, y difícil, eso es la vida. Supongo.
 

18 abril, 2013

Decisiones cuestionables

Me parece que mucha de la gente que se molesta porque otros me hacen halagos es porque temen verse en desventaja, es decir, que yo ceda ante la supuesta manipulación de los malvados hipócritas que me hablan bonito para obtener descuentos o servicios gratuitos y que, en cambio, a los que se muestran neutrales les impongo una tarifa normal. Eso no es así, yo les cobro a todos por igual. Si alguien quiere hacer un halago que lo haga y deberían dejar de estar paranoicos con respecto a sus intenciones y mi proceder.

Pero digo "deberían" haciendo un consejo que yo misma no sigo. Ahora mismo me encuentro delante de un sentimiento nada bonito porque acabo de cancelar una cita que tenía el lunes con la gente del periódico Metro del DF para ponernos de acuerdo con respecto a una columna que iba a escribir ahí.
¿Por qué la cancelé? Porque soy demasiado insegura de mi físico como para posar desnuda alegremente. Ya pasé por esa experiencia y se me hizo muy fea, la neta no me gustó nada. Creo que el trato de la gente que trabaja ahí es como de "¿Eres prostituta, qué no? Por lo tanto debes de ser desinhibida y atrevida"
Sin embargo no lo soy, estoy bien mensa, soy toda tímida y yo no "doy el ancho" para ese tipo de publicaciones.
Me pone paranoica la idea de intentar ser sexy delante de ellos porque siento que solo se burlarán de mí y me compararán con las otras chavas que fotografían y son mucho más hermosas. Milah, la escort que actualmente escribe para ellos y Fernanda, la que escribía antes, son mucho más guapas que yo. Y más dispuestas a escribir sus experiencias, a mostrar la cara, las chichis, la nalgas. Y a mí todo eso me cohíbe mucho.

Me siento mal conmigo misma porque es mi culpa no estar buena y ser tan aprehensiva y sin embargo me gustaba la idea de ganar dinero extra para que cuando quisiera dejar de dar servicios no me viera en apuros económicos y también quería demostrarle a la gente que dice que las escorts columnistas son mejores que yo que eso no es cierto. Pero conforme se iba acercando la fecha de la cita con los editores del periódico me iba sintiendo más mal conmigo misma. Como si en vez de ir a una propuesta de trabajo fuera a exponerme a una humillación pública. No digo que fuera así, digo que así me sentía.

A mucha gente le va a parecer raro que prefiera tener sexo con desconocidos a salir desnuda en una publicación pero es porque no entienden que cuándo doy un servicio no solo yo muestro mi intimidad, también mi cliente. Mi cliente no puede juzgarme moralmente porque también él se supone que está haciendo algo inapropiado y no puede ser un juez tan duro de mis defectos físicos porque él también está mostrando los suyos.

En fin, soy una estúpida. No sé ganar dinero, ni sobrellevar bien mi trabajo. Soy un fracaso =(

16 abril, 2013

Lo relativo de la realidad



Hace poco me hicieron aquí en el blog el siguiente comentario con intención ofensiva:

¡Jajajajajaja! ¡Eres pésima! Y eso que según tu y tus "seguidores" para esto es para lo que sirves, ¡Este es tu talento!
Lo que sucede es que viven con la ilusión de conocerte, ser tus amigos y tener sexo gratis pero son perdedores igual que tú.
 ¡No mames! ¿De donde sacaste esta historia? ¿María Magdalena enamorada de Jesucristo? ¿La prostituta enamorada de su "salvador"? ¡Jaaaaaaaaaajajajajajaja! ¡Ridícula!
 La parte que me interesa la subrayé con negritas y es la que voy a desglosar.

No es la primera vez que me escriben algo similar, de hecho lo han hecho tantas veces que seguramente está cerca de llegar a la centena si no es que ya la rebasó. "Te halagan solo porque quieren tener sexo contigo" me dicen continuamente.
Esa es una verdad increíblemente parcial que tiene como base la adivinación. Al dueño del comentario no le consta de ninguna manera que tal aseveración sea cierta. No es como que se hubiera hecho un estudio acerca de los halagos que les hacen a las prostitutas y se haya determinado que la mayoría (o todos) son falsos y que tienen la intención oculta de obtener como beneficio la obtención de un servicio de manera gratuita. Quienes me han hecho ese comentario solo están deduciendo que esa es la verdad y lo afirman de manera categórica como si fuera un hecho incuestionable.

Lo cierto es que mi experiencia me demuestra que tal aseveración es falsa. Algunos de mis clientes me han hecho halagos sobre mi blog en persona después de haberme pagado y otra tanta cantidad de personas me escribe diciendo que le encanta mi participación en las redes sociales y que lamenta no poderme conocer porque no vive en mi ciudad/país. Es cierto que aunque si les ofreciera un servicio gratis a la gente que ha hablado bien de mí o de lo que escribo la mayoría aceptarían (¿quién no quiere algo gratis?) pero eso no significa que su primera intención haya sido esa. Es más, estoy segura que una cantidad pequeña no aceptaría el servicio gratuito, algunos porque son unos caballeros y otros simplemente porque no desean el servicio o no lo pueden tomar (aunque también es probable que sea cierto que un par de personas crean que halago es un buen método de pago).

Ahora bien, ¿esto significa que soy una gran escritora? Desde luego que no. Si bien tengo una redacción mejor que la persona promedio no es esa la causa de que mis textos sean bien recibidos. Lo son porque estoy contando una experiencia de vida que no es común. Aunque hay varias escorts hablando sobre la vida en este trabajo aun son muy pocas comparadas con la cantidad de gente que escribe sobre otras cosas.
Es por eso que mis textos, y los de ellas, son interesantes: La experiencia como escort/prostituta es interesante.

Hablo de esto porque me parece increíble la manera en la que las personas podemos distorsionar la realidad, el troll que saco a colación puede empecinarse en creer que no hay algo digno de interés aquí (aunque él mismo le dedique tiempo) y yo puedo creer que soy talentosa y fantástica solo porque recibo buenos comentarios y negar el hecho que hablar de sexo y prostitución es interesante por sí mismo ¿Tiene algún nombre el hecho de tomar hechos aislados y crear con ellos nuestra propia realidad ajena en parte a lo que sucede realmente? Si no, debería.

***********

Lo cierto es que hay dos tipos de personas que manipulan la realidad. Los primeros lo hacen de manera inconsciente, simplemente ven lo que quieren ver o lo que es más cercano a lo que ellos conocen aunque sean circunstancias que ni siquiera es benefician. Los segundos lo hacen de manera consciente para crear una realidad que les conviene:
Los negros son estúpidos y asquerosos y solo sirven para trabajar, los homosexuales se van a condenar en el infierno, las mujeres son débiles física y mentalmente y no deben de obtener puestos de liderazgo, el sexo fuera del matrimonio está condenado por "Dios", los rasgos indígenas son feos, la delgadez es lo más cercano a la belleza, comprar compulsivamente es una forma de demostrar nuestra valía, las prostitutas son asquerosas o víctimas de su situación, los mexicanos son flojos, violentos y pendejos, la mujer nació de la costilla de Adán y todos somos los hijos de ambos, etc, etc.

El primer tipo de manipulador solo se afecta así mismo y a su pequeño entorno, el segundo, a marcado la pauta de como es que debemos vivir ¡Qué miedo! ¿No? ¡Qué terrible! ¡Qué desasosiego tan grande saber que nuestra realidad no es absoluta sino creada por el imaginario de unos cuantos!

Normalmente solemos navegar en esta realidad creada (no absoluta) tratando de sacar el mejor partido de ella, tratando de sobrevivirla, de amarla, de respetarla y a veces (sobre todo en la adolescencia) nos rebelarnos jugetonamente ante ella.
Cuándo menos eso era lo que hacía yo antes de volverme prostituta. Si yo hubiera sido consciente de la carga tan negativa que implicaba ser sexoservidora creo que jamás lo hubiera hecho.
O más bien, sí sabía que ser prostituta era algo muy mal visto pero pensaba que yo, por el hecho de ser yo, me libraría de toda condena moral. A fin de cuentas no era vulgar, o tonta, o sucia, o enferma o decadente.

Grave error, pequeña princesa del bosque. Ser prostituta es volverte negra, muchos te juzgarán sin importarles quién o como eres en realidad. No les importa: eres prostituta, punto.
Y ahí fue cuándo se me antojó ser una parte más activa en la manipulación de la realidad
¿Puedo cambiar (o ser una iniciadora del cambio) la manera en la que la sociedad juzga a las prostitutas?
Quizá podría, en teoría podría, pero para ello necesitaría ser muy inteligente, muy culta, muy elocuente.
Ser excelente redactora y oradora, ser mucho más convincente que la realidad en sí misma.
Y eso es algo que me ha atormentado durante mucho tiempo. Saber que en teoría podría hacer algo pero que en realidad mis recursos no son suficientes me revienta la cabeza y me hace sentir culpable.

Creo que debería tomármelo de manera más relajada.


04 abril, 2013

La damisela en apuros en los videojuegos

Alucinamiento amoroso

Supongo que si decides que el cuerpo y mente de otra persona te gustan tanto que deberían ser tuyos, no como un objeto sino como parte de tu escenario cotidiano, y que si su sola presencia te hace temblar de un modo muy pendejo y te nubla el pensamiento y te pone como drogado y te hace creer que la vida es simple, que la vida se trata del roce de sus manos en tu mejilla, de abrirle las piernas y permitirle que entre en ti, no como solo otra piel sino como un ente mágico que llevara cargada en la piel un montón de cosas locas que hacen que el sexo y las emociones se te fundan, y esa persona no te corresponde en lo absoluto y solo se queda ahí contemplado tu turbación, un poco divertido un poco sin comprender, un poco con la mente puesta en otras cosas y personas y es totalmente ajeno a la droga que en esos momentos te hace caer casi en éxtasis y que un par de horas más tarde te va a tumbar más duro que una resaca, entonces, no has sentido amor; no estás en la luna de miel de los enamorados sino en una especie de limbo, de sala de espera, en donde aguardas junto con otras personas que el apendejamiento se te pase y puedas caminar de nuevo como si nada.

Podríamos, los que aguardamos en esa antesala, hablar sobre nuestra experiencia, comprobar y desmentir métodos para drogar a esa persona con la misma droga que ni siquiera nosotros supimos como conseguimos. Podemos hablar de curas, de salidas, de vivencias anteriores y podríamos mirarnos a los ojos y pensar ¿porqué no nos curamos uno al otro? y recordar que eso es imposible, que estamos como en un embrujo y que lo que más podemos hacer por nosotros es acompañarnos y hablar y hablar y hablar para no hablarle a aquél que ni entiende ni le interesa nuestro aturdimiento. Y es que es curioso, que precisamente nuestro compañero de lobby que no siente nada por uno ni por aquél otro nos entienda mejor que nadie porque el también tiene esas sensaciones confusas por alguien que no está ni estará presente, ya se sabe que no se puede caer en esta espera si no es porque no hay ninguna esperanza.

Había pasado el último fin de semana inundándome de él, no por masoquismo, sino por descuido. La distancia me había hecho poner excesiva fe en el razonamiento, en creer que si ya están puestas las cartas sobre la mesa uno puede examinarlas y en base a ellas tomar decisiones acerca de sus sentimientos. Pero esto, desde luego, no había sucedido así. 
La cotidianeidad de un par de paseos tranquilos me habían ido adormeciendo en su cuerpo, en su olor, en sus manos, en su presencia como en un estúpido vaivén que te desprende de todo hilo de razonamiento y te invita a quedarte ahí y a obtener más y más de aquello que no te pertenece. 
Y sí, no me pertenecen, sus ojos, sus caricias, su pensamiento, pero ahí estaban, a manos llenas para mí simplemente porque él es así. Porque él sabe (sin saberlo en realidad, solo acertando por casualidad) como mirarme, qué decirme, como pasar su mano en mi entrepierna y como penetrarme como si me estuviera haciendo suya cuando en realidad solo desea sentir excitación sexual.

¿Cómo culparlo si yo hago lo mismo con otras personas? ¿Si es la cálida indiferencia con que vive su sexualidad lo que me enamora de él? ¿Si la primera vez que dejé que me tocara lo hice casi retándolo a que me demostrara que era tan bueno en la cama como halardeaba que lo era? ¿Me iba a hablar él a mí de de lo que es ser bueno en la cama, de cómo hacer sentir placer a alguien más, de como eliminarle la razón no con amor sino conocimiento de que es lo que erotiza a una persona? 
¿Cómo iba a adivinar que sus caricias me acelerarían el corazón? Que su olor me diría "Quédate con él por siempre" Que sus palabras, su forma de ser, de pensar, de caminar, de sentarse, de acercárseme me dirían "Él es para ti" y sin embargo, no. 

¿O sí? Joder, ¿o sí? Y aquí es cuando alguien me diría que si fuera sí y el sí ya lo tendría. Porque en el amor el silencio casi siempre es no. Y el no explícito que él me da ya es estupidez.
No siento tristeza de que el amor sea una ilusión porque es mejor que no sentir nada pero bien sé que es un alucinamiento que lo que él hace por otorgarnos placer mi cuerpo lo traduzca en un deseo de comunión intensa ,como si entre él y yo hubiera un secreto que solo a nosotros nos pertenece. 

Si pensara a futuro sabría que todo eso tarde o temprano se va a acabar. Pero no pienso a futuro, pienso en que esta vez, el sexo es una especie de cocaína que apenas terminas de consumir y ya quieres más. Que hace que todos tus trabajos tengan como objetivo volver a tener esas sensaciones, cada vez, por favor, más intensas, más intimas, más corruptas, más ajenas a la realidad. Hasta que quién sabe qué pase ¿Qué importa? Lo importante es obtener más. Ponerle colores al paisaje, drogarme de él hasta el hartazgo. 

No siento tristeza ni culpa ni enojo ni desesperación porque sé que es natural. Pero tengo un poco de desánimo porque sé que no sirve de nada darme golpes contra el cristal. Que el no es no, y la adrenalina que me hace sentir mi deseo por él no la puedo enfocar en nada. No tendría caso. Solo me quedo sentada en este lobby de los no correspondidos esperando a que todo pase.