Hace poco me hicieron aquí en el blog el siguiente comentario con intención ofensiva:
¡Jajajajajaja! ¡Eres pésima! Y eso que según tu y tus "seguidores" para esto es para lo que sirves, ¡Este es tu talento!
Lo que sucede es que viven con la ilusión de conocerte, ser tus amigos y tener sexo gratis pero son perdedores igual que tú.
¡No mames! ¿De donde sacaste esta historia? ¿María Magdalena enamorada de Jesucristo? ¿La prostituta enamorada de su "salvador"? ¡Jaaaaaaaaaajajajajajaja! ¡Ridícula!
La parte que me interesa la subrayé con negritas y es la que voy a desglosar.
No es la primera vez que me escriben algo similar, de hecho lo han hecho tantas veces que seguramente está cerca de llegar a la centena si no es que ya la rebasó. "Te halagan solo porque quieren tener sexo contigo" me dicen continuamente.
Esa es una verdad increíblemente parcial que tiene como base la adivinación. Al dueño del comentario no le consta de ninguna manera que tal aseveración sea cierta. No es como que se hubiera hecho un estudio acerca de los halagos que les hacen a las prostitutas y se haya determinado que la mayoría (o todos) son falsos y que tienen la intención oculta de obtener como beneficio la obtención de un servicio de manera gratuita. Quienes me han hecho ese comentario solo están deduciendo que esa es la verdad y lo afirman de manera categórica como si fuera un hecho incuestionable.
Lo cierto es que mi experiencia me demuestra que tal aseveración es falsa. Algunos de mis clientes me han hecho halagos sobre mi blog en persona después de haberme pagado y otra tanta cantidad de personas me escribe diciendo que le encanta mi participación en las redes sociales y que lamenta no poderme conocer porque no vive en mi ciudad/país. Es cierto que aunque si les ofreciera un servicio gratis a la gente que ha hablado bien de mí o de lo que escribo la mayoría aceptarían (¿quién no quiere algo gratis?) pero eso no significa que su primera intención haya sido esa. Es más, estoy segura que una cantidad pequeña no aceptaría el servicio gratuito, algunos porque son unos caballeros y otros simplemente porque no desean el servicio o no lo pueden tomar (aunque también es probable que sea cierto que un par de personas crean que halago es un buen método de pago).
Ahora bien, ¿esto significa que soy una gran escritora? Desde luego que no. Si bien tengo una redacción mejor que la persona promedio no es esa la causa de que mis textos sean bien recibidos. Lo son porque estoy contando una experiencia de vida que no es común. Aunque hay varias escorts hablando sobre la vida en este trabajo aun son muy pocas comparadas con la cantidad de gente que escribe sobre otras cosas.
Es por eso que mis textos, y los de ellas, son interesantes: La experiencia como escort/prostituta es interesante.
Hablo de esto porque me parece increíble la manera en la que las personas podemos distorsionar la realidad, el troll que saco a colación puede empecinarse en creer que no hay algo digno de interés aquí (aunque él mismo le dedique tiempo) y yo puedo creer que soy talentosa y fantástica solo porque recibo buenos comentarios y negar el hecho que hablar de sexo y prostitución es interesante por sí mismo ¿Tiene algún nombre el hecho de tomar hechos aislados y crear con ellos nuestra propia realidad ajena en parte a lo que sucede realmente? Si no, debería.
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Lo cierto es que hay dos tipos de personas que manipulan la realidad. Los primeros lo hacen de manera inconsciente, simplemente ven lo que quieren ver o lo que es más cercano a lo que ellos conocen aunque sean circunstancias que ni siquiera es benefician. Los segundos lo hacen de manera consciente para crear una realidad que les conviene:
Los negros son estúpidos y asquerosos y solo sirven para trabajar, los homosexuales se van a condenar en el infierno, las mujeres son débiles física y mentalmente y no deben de obtener puestos de liderazgo, el sexo fuera del matrimonio está condenado por "Dios", los rasgos indígenas son feos, la delgadez es lo más cercano a la belleza, comprar compulsivamente es una forma de demostrar nuestra valía, las prostitutas son asquerosas o víctimas de su situación, los mexicanos son flojos, violentos y pendejos, la mujer nació de la costilla de Adán y todos somos los hijos de ambos, etc, etc.
El primer tipo de manipulador solo se afecta así mismo y a su pequeño entorno, el segundo, a marcado la pauta de como es que debemos vivir ¡Qué miedo! ¿No? ¡Qué terrible! ¡Qué desasosiego tan grande saber que nuestra realidad no es absoluta sino creada por el imaginario de unos cuantos!
Normalmente solemos navegar en esta realidad creada (no absoluta) tratando de sacar el mejor partido de ella, tratando de sobrevivirla, de amarla, de respetarla y a veces (sobre todo en la adolescencia) nos rebelarnos jugetonamente ante ella.
Cuándo menos eso era lo que hacía yo antes de volverme prostituta. Si yo hubiera sido consciente de la carga tan negativa que implicaba ser sexoservidora creo que jamás lo hubiera hecho.
O más bien, sí sabía que ser prostituta era algo muy mal visto pero pensaba que yo, por el hecho de ser yo, me libraría de toda condena moral. A fin de cuentas no era vulgar, o tonta, o sucia, o enferma o decadente.
Grave error, pequeña princesa del bosque. Ser prostituta es volverte negra, muchos te juzgarán sin importarles quién o como eres en realidad. No les importa: eres prostituta, punto.
Y ahí fue cuándo se me antojó ser una parte más activa en la manipulación de la realidad
¿Puedo cambiar (o ser una iniciadora del cambio) la manera en la que la sociedad juzga a las prostitutas?
Quizá podría, en teoría podría, pero para ello necesitaría ser muy inteligente, muy culta, muy elocuente.
Ser excelente redactora y oradora, ser mucho más convincente que la realidad en sí misma.
Y eso es algo que me ha atormentado durante mucho tiempo. Saber que en teoría podría hacer algo pero que en realidad mis recursos no son suficientes me revienta la cabeza y me hace sentir culpable.
Creo que debería tomármelo de manera más relajada.